El ambiente severo de la biblioteca del Conde De Alva y Valle está impregnado de sabiduría, solemnidad y descanso. Había cinco mullidos sillones con descansapies, forrados en piel de color azul marino muy intenso, casi negro, tenían una lamparilla individual colocada atrás del hombro derecho del sillón, con un regulador de intensidad de luz y el encendido en el descansabrazo.

En el lado norte del salón, frente a la puerta de acceso que da a los jardines de la mansión, están cuatro mesas finamente talladas por artesanos mexicanos, sobre las cuales descansan dos tableros de ajedrez, hechos también por artesanos, finas y muy bellas piezas, confeccionados con polvo de jade en dos tonos, las piezas de los dos tableros están terminadas en hueso una partida verde jade y otra color ámbar, los cuales lucían espléndidas. En una mesa permanecía un estuche cerrado, con las piezas dentro aún; en las otras dos, listo los tableros para iniciar la partida y en la última mesa se apreciaba el abandono de una partida ya terminada, las piezas sin orden alguno. Se aprecia la “reina blanca” erguida, arrogante y a sus pies yace un alfil negro, está vencido, en la superficie del tablero, rozando tenuemente el pedestal de la soberana. Se aprecia que esa partida la perdieron las negras, ya que el “rey negro” se ve en “jaque mate”.

El jugador que llevó el bando negro, se encuentra sentado a unos metros de las mesas; pero con la mirada fija en su tablero y directamente a la pieza derribada, su mente empieza a imaginar situaciones. Un alfil a los pies de la “reina” erguida, orgullosa, triunfante, y el alfil enamorado, despreciado por la soberana, llora a sus pies suplicantes y húmeda explanada de lágrimas virtuales y sin poder hacer nada por ser una pieza inanimada.

El jugador pasivo, el Lic. Monteclaro, secretario personal del Sr. Conde cavila:

– Debí haber repetido el juego de:

1. P4D-C3AR

2. P4AD-P3R

3. P3CR-P4A

4. P5D-PXP

5. PXP-P3D

6. A2C-P3CR

7. P4R-A2C

8. C2R-O-O

9. O-O-P3TD

10. P4ID-D2A

11. CD3A-D2A

12. P3T-CD2D

13. D2A-(¿?)

– Aquí estuvo mi error, (Piensa el licenciado Monteclaro), debía haber respondido con 31C, y así lo llevaba a “jaque mate” en 3 jugadas más.

En ese momento es requerido por la línea telefónica por el Conde De Alva.

– Sí, enseguida estaré en la dirección general.                                                                        

Por la puerta opuesta a la de salida, salió el Conde, mientras por el fondo aparecía un auxiliar de limpieza que empezó por acomodar los sillones en sus respectivos lugares, recogía los ceniceros incluyendo los servicios solicitados por los jugadores. Mientras el alfil lloraba su amargura con sus lágrimas de artesanía mientras el auxiliar recogía y guardaba en su estuche todas las piezas de las diferentes mesas de juego, muriendo en la obscuridad del estuche donde fue guardado el alfil enamorado.

Jorge Enrique Rodríguez

13 de mayo de 2011.

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