Las circunstancias me han llevado a realizar una descripción sin erudición alguna, solamente como impresiones de un viajero ocasional y transmitir la emoción de lo nuevo para una mente habida de contar lo que se siente cuando se conoce algo nuevo. Debo decir algo con sinceridad, a mí nunca me había llamado la atención hacer un paseo en estilo de “tours”, pero confieso que no dejó de tener sus atractivos.

Independiente de los comentarios que había escuchado, a mí me parecía absurdo, que si voy de paseo, anduviera pendiente del reloj y ciertas reglas en beneficio de una pequeña comunidad, carreras para abordar el transporte, horarios para comer, cenar, desayuno y minutos para otros menesteres personales, la verdad a mí me parecía agonizante pasear en esa forma.

No sé qué tienen las mujeres que siempre te ganan, y al fin acepté hacer un viaje de una semana, todavía a un día de salir, me andaba arrepintiendo; pero al fin salimos un sábado a las siete horas del día, treinta y uno del mes de marzo, del año dos mil doce en una unidad de regular tamaño de Interjet. Si pararse a las cuatro de la mañana y esperar hasta las siete, las aduaneras son unas arpías, se quedaron con mi pasta para dientes, ya ni les cuento que les dije con el pensamiento.

Salimos a las siete horas y veinte minutos, llegamos a Tuxtla Gutiérrez a las ocho horas y veinticinco minutos, de inmediato nos trasladan a un microbús para quince pasajeros y espacio para el equipaje.

EL CAÑON DEL SUMIDERO

En la hora y cinco minutos estábamos a la orilla del Río Grijalva, abordando una lancha de motor fuera de borda para navegar dos horas en la corriente del caudaloso río ya mencionado. En el transcurso de este paseo, vimos un cocodrilo, nada para espantar, estaba dormido; changos, tucanes y las mil historias que nos iba narrando Felipe, un nativo de Tabasco; pero hizo su vida en Chiapas; pláticas muy ilustrativas, nos quedó a deber la historia verdadera del sub-comandante Marcos; pero como nos cambiaron de guía, nos la perdimos.

La aventura tuvo sus matices de alegría, admiración y uno que otro sustito, por el oleaje que llego a golpear los costados de la lancha y había algunos bamboleos. El oleaje es fuerte; pero nada considerable, la altura de las paredes del cañón es impresionante, desde el nivel del río y otras “dicen” que hasta 800 y mil metros; desde luego que es creíble, sencillamente se siente uno como hormiga junto a un elefante. Creo que nadie tiene el recuerdo de la sensación del momento en que nació, pero así me sentí como si estuviera emergiendo de dos enormes paredes de piedra, al verme navegando y contemplar el poder del agua corriendo, la lancha cruzando el oleaje y ver hacia arriba las paredes del cañón, todos estos datos proporcionados por el lanchero Juan y el guía Felipe. Enormes rocas esbeltas y entrelazada con la exuberante vegetación y población de bellísimas aves, un pedacito de paraíso. Me dieron ganas de llorar al sentirme tan pequeñito ante tan abundante cantidad de naturaleza y que el hombre; mi hermano, la estamos destruyendo, no es justo.

En este lugar se dedican la mayoría de las mujeres a tejer en telares de rodilla, vieran que interesante es, tengo fotos y videos de estos menesteres, alguien dijo “Tejen divino, unos coloridos fabulosos y los dibujos excelentes, de acuerdo a su cultura, tejen aves, animales, flores, algo espectacular”. Con estos maravillosos trabajos y el pueblo tan pobre, “alguien está haciendo un buen negocio” (¿?).

El pueblo es seco, agravado por la falta de lluvias, cultivan algunas hortalizas para consumo propio. ¿Los hombres? Buena pregunta, “Se la pasan de dos formas, borrachos o dormidos”; dicho por una mujer de los telares. Nos dieron libre la tarde, así que nos dedicamos a ver artesanías y conocer la ciudad, es un lugar muy hermoso, construcciones hechas por los nativos, a la supervisión de los españoles, los trataban como esclavos, eran unos… San Cristóbal de la Casas, es una ciudad colonial bellísima, ahí conocimos a Pepeto, un restaurantero muy joven y simpático.

COMUNIDADES INDÍGENAS

Al día siguiente nos cambiaron de guía, se llama Patricio, según el mismo nos contó que por su aspecto, le decían Cocodrilo Dundee, Indiana Jones; que hasta había el supuesto que era el sub-comandante, su nombre es Patricio, hijo de un gringo y una nativa, él se fue a estudiar a EEUU. Sabe mucho de las culturas de Mesoamérica, ¡Ah! eso sí es muy activo y casi nos hace correr, pero cómo nos divertimos, ¿Las piernas? No hubo molestias que hubiese podido superar. No me dolieron, solo un enorme cansancio, dormí como bebé.

CHAPA DE CORZO

Para llegar a este sitio, se recorren como dos horas en el autobús, no porque sean distancias largas sino por el cuidado con que conduce el operador; en los caminos que existen estos pueblos, han sucedido muchas muertes de niños atropellados en las carreteras y cada pueblo puso topes por su cuenta; pero en cantidades exageradas, los operadores circulan despacio, cuidan a los vecinos y las unidades; en fin ya llegamos, hace un calor de 38°C. Aquí hacen unas prendas preciosas de colores vivos y brillantes, son tejidos en telar de cintura y de rodillas al suelo, pero quedan preciosos, hacen por pedidos y les han encargado vestidos de novia y de varones para la misma fiesta. Blusas, chales, cinturones, un sinfín de cosas. ¡Ah! Las tortillas con sal que hacen aquí, deliciosas, un sabor muy diferente.                                                    

SAN JUAN CHAMULA

Después de viajar otro buen rato en el autobús, llegamos a este pueblito, donde me he llevado una gran sorpresa. Resulta que tienen una iglesia con una fachada preciosa, pero señores, la cuestión es que los “Chamanes” no dejan entrar a los sacerdotes católicos ni a los médicos, la clínica esta siempre vacía. Los enfermos no van con el médico, que si hay, pagado por el gobierno, tienen que ir con el chamán, quien se pone un lienzo blanco en la cabeza a manera de turbante y así hace sus curaciones. Curan con sangre de animal; pude ver una curación, le retuercen la cabeza a una gallina y con la sangre hacer la unción en la parte afectada, luego tiran el animal al suelo destazado lo queman ahí en el suelo. Eso sí, pena de muerte a quien tome fotografías o videos, temen que les roben el alma. El doctor mientras lee algún libro o un periódico viejo, bostezando; estos son el grupo de los Tzotziles, el pueblo se llama Yachilan. Este día siguió el paseo a las grutas que es una hendidura en la montaña, muy impresionante la altura, lo festivo del guía, un niño muy ingenioso y ocurrente como de 10 años, nos hizo reír a la par de llevarnos por todo el recorrido.

LA CASCADA DE AGUA AZUL

Sencillamente maravillosas, es una cascada altísima y muy llamativa, solo tendrá unos quince metros de alto y un salida de unos cuarenta metros, pero ¡Qué belleza! La vista desde el puente, sencillamente preciosa; llama la atención que a la salida, se mantiene tan cautivadoramente quieta que invita a nadar y de hecho, mucha gente se mete, principalmente jóvenes y niños. El cuarto día, dejamos el hotel “Casa Vieja”, trasladándonos a…

PALENQUE

El objetivo de esta visita es entrar a la Selva Lacandona y efectivamente penetramos en ella, solo que bajo las condiciones de los naturales; no pudieron entrar nuestros vehículos, teníamos que usar el transporte de ellos, subimos en la entrada de la selva, llegamos casi al fondo o centro de la selva, cerca de la casa donde se supone que vive el sub-comandante Marcos, según que tiene cáncer muy avanzado y le dan poco tiempo de vida. Existe otra versión, que vive en Cuba, vayan ustedes a saber.

Aquí vimos el palacio de la Reina Roja y las criptas de Bonampak, la verdad todo maravilloso. Abordamos otra lancha y navegamos por el río Usumacinta, por la ribera de la República Mexicana, al frente se ve la frontera con Guatemala; de este lugar, nos llevan al aeropuerto y… ¡ay! rumbo a México, destino San Cristóbal Ecatepec.

Jorge Enrique Rodríguez.

28 de mayo de 2012.

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