Cuando escuchamos la expresión “Tormenta Perfecta”, tal vez pensamos en el encuentro de dos huracanes en el medio de la mar con orientaciones contrarias, nombrada así por los viejos lobos de mar y nunca se podrá predecir su magnitud ni duración, generalmente son fatales. No se trata de ese tipo de tormenta, sino de otra clase de acontecimientos, el cual sucede en una unidad administrativa. Imaginen una fábrica de alimentos para animales “Consolmex”, S. A. de C. V., fabricante de alimentos para aves de corral, cerdos y ganado en pie. En la planta de producción, un terreno de 70,000 mts. cuadrados, con planta de luz propia, espuela del ferrocarril debido a que se recibían semillas tales como sorgo, mijo y maíz amarillo, propio para alimento de animal, se recibían a granel en bodegas y debidamente protegidas a las plagas. Contaba con un terreno de 50,000 mts. cuadrados exclusivos para las áreas de almacenes y producción; en el mismo, está construido un laboratorio clínico atendido por dos químicas, una batería de diez mezcladoras, 2,000 mts. cuadrados para almacenar producto terminado, almacén de administración que abarcaba veinte años, no legal; pero no inútil, lo máximo era el laboratorio de investigación, se inició la investigación de hacer crecer al animal con más carne y menos grasa, y es deliciosa esa carne y muy suave, todo este complejo industrial, con la adecuada administración se vislumbra maravilloso. ¿Verdad? Toda la planta bajo la responsabilidad de un Ingeniero mexicano graduado en Alemania y estudios de Master en Estados Unidos.
En este “mar” se inicia la tormenta. El Sub Contador empezó a ser objeto de lo que ahora llaman “bullying” de parte del contador, lo más pesado era hacer las pólizas y cálculo de las depreciaciones que se habían dejado de aplicar por más de diez años; pero le dio una idea al Sub, buscó la forma de leer sobre Auditoría Administrativa, ahí empezó a madurar su idea. Inició el diseño de nuevos formatos para los estados financieros, más claros, completos y rápidos. Las depreciaciones ya estaban terminadas, fueron quince años, entregando los resultados de inmediato al Director, esta labor tardo casi un año. Esto enfureció al contador jefe, el odio subió de color. Aclaro este señor era homosexual.
La incomodidad del contador jefe iba en aumento, solo que estaba perjudicándose en sus labores, retrasaba el trabajo de todos porque no los autorizaba oportunamente. Los resultados deberían presentarse del día 1 al 5 de cada mes y él los estaba presentando hasta los días 20/22, en Estados Unidos habían llamado la atención a la Presidencia; llamaron la atención al contador en jefe, ¿Qué creen? Acusó al sub, como según no aceptaron su versión y que se enferma del coraje, le dieron vacaciones que le debían, ausentándose tres meses.
Ahora permítanme contarles porqué lo de Tormenta Perfecta.
El contador en jefe, no era titulado, siempre se quejaba con el director que tenía mucho trabajo, y entregaba resultados mensuales hasta los días 20 o más; pero del mes anterior, entonces esto, decide traer un sub contador presentándolo:
– Sr. Salas, le presento al Sr. Garcilazo, va a ser Sub Contador, por favor introdúzcalo al sistema.
– Mucho gusto. (Puso una cara de pocos amigos).
– Mucho gusto, estoy a sus órdenes.
– Pensó… (Mira cómo camina, es homosexual).
En ese momento se inició la tormenta. La lucha del jefe porque despidan al sub y él luchará por sobre vivir.
El Director y el Sub Contador eran vecinos, vivían en la misma cuadra, una casa frente a otro, en alguna reunión nombraron al sub como tesorero de la Asociación de Colonos y ahí tuvo que decir cuál era su trabajo. Pasó el tiempo y las esposas se hicieron amigas, (Qué raro), el sub se quedó sin empleo, porque vendieron la fábrica donde laboraba y despidieron a todo el departamento de contabilidad, para colocar en esos puestos a personal estadounidense. Las amigas se acompañan al pan, al mercado, etc. y se contaron que su esposo llevaba ya dos meses de buscar trabajo y no encontraba, le daban el pretexto de haber cumplido 35 años. La esposa del director le comentó el caso, éste esperó al sub en la noche e hicieron una visita a la tienda “La Kikita” y platicaron:
– Me comentó mi esposa que no encuentra trabajo. ¿Es correcto?
– Cierto, me ha sido difícil por la edad, y debo ya dos meses de la hipoteca y en dos días se vence el tercero.
– ¿Estaría listo para empezar mañana?
– No tengo nada pendiente.
– En mi empresa, necesito un Sub Contador. ¿Qué dice?
– Seguro que sí, de mil amores. Gracias señora y desde luego, a usted estaré donde usted me diga.
– Espéreme a las ocho de la mañana en la reja de su casa, paso por usted, en punto.
– Ahí estaré.
El día siguiente a las ocho horas y un minuto, estaban saliendo a la avenida principal de la colonia, enfilándose hacia el sur del Distrito Federal, justo en la Av. Insurgentes y calle Montecito, lugar por el cual accedieron al estacionamiento, dejando el auto en el cajón indicado, eran las nueve horas veinte minutos; la entrada de empleados regulares era a las nueve. Esta situación se repitió la primera semana de trabajo, los comentarios hirientes no se hicieron esperar por parte del más afectado, ¿Se imaginan quién? ¡Acertaron!.
Para evitar situaciones desagradable, Alí habló con Don Josué, lo puso al tanto de los rumores, que a pesar de su situación llegaría a las nueve, agradeciéndole por los favores que le había distinguido. Que a partir del lunes próximo llegaría puntual; a partir de esa fecha nunca llegó tarde ni faltó a sus labores, ni por causas de fuerza mayor. (?)
Era muy evidente la antipatía que sentía el Señor Salas por el Sr. Alí Garcilazo, de ese momento en adelante, la relación de trabajo fue sin incidentes mayores; pero Alí no dejaba de sentir la presión tan absurda e innecesaria. Los estados financieros seguían saliendo muy tarde, de quince a veinte días después de la fecha solicitada por el Corporativo en Terre Haute, lo cual molestó sobre manera a los ejecutivos, y no se hizo esperar la auditoría.
Esto fue el detonante para el inicio de la Tormenta, El Sr. Salas se enfermó, decidieron en la empresa darle las vacaciones que se le debían y que nunca quiso tomar porque él decía ser “indispensable”, detalle que Don Josué, nunca estuvo de acuerdo.
El día siguiente llamaron al Sr. Alí Garcilazo desde el Corporativo en T. H. en relación a la ausencia de Salas, haciéndole una pregunta: (En idioma Inglés) Tiene usted magníficas recomendaciones; pero poca experiencia, ¿Se siente usted capaz de levantar el sistema, desde luego mejorarlo? Tendrá presupuesto adecuado.
– Estoy absolutamente seguro.
– Es usted un auténtico norteño. Lo espero acá en la próxima convención anual.
– ¡Ajúa!
A partir de ese momento, se inició una reingeniería del sistema administrativo y fiscal contable, profundo, se eliminaron algunas acciones que se venían duplicando, razón por la que retrasaban los resultados. Durante el trabajo que se estaba implementando, no se dejó de realizar las acciones cotidianas, nada se estaba quedando pendiente.
La mar volvió a la calma hasta que regresó el Sr. Salas; demacrado, pálido y ojeras muy marcadas, comentó que los corajes que hacía con el Sr. Alí lo habían enfermado, hizo trizas con sus comentarios del nuevo sistema, comentarios groseros en contra de la familia materna de Garcilazo. Salas fue llamado a la oficina del Presidente de la zona México, la conversación fue en los siguientes términos:
– Sr. Salas… modere sus comentarios, está usted faltando a la ética de la empresa, ¿Se dio cuenta que en los últimos meses los resultados están en la matriz los días cinco de cada mes y no hasta después del día veinte como usted lo hacía? También, hoy es día uno y ya tengo aquí el resultado para firma y envío. (En este momento Salas se quedó callado).
– Ha de estar hecho con los pies. Quiero decirle algo Sr. Presidente: Escoja usted, Yo o Garcilazo; los dos no cabemos en la misma empresa.
– Sr. Salas, piénselo, es usted una persona mayor y con lo que debe a la empresa, no le va a quedar gran cosa.
– Insisto… él o yo, es mi última palabra.
– Seguridad… mande un guardia, para que acompañen al Sr. Salas a la salida del complejo, no podrá llevarse nada en las manos, no pasará a ninguna oficina.
– No me haga esto Sr. Presidente…
– Se revisará todo el equipo que se le ha proporcionado para su trabajo, si existen faltantes se le descontará del resto de su liquidación. Hay un disco grabado con la conversación que acabamos de sostener usted y yo. ¿Tiene algo que agregar? Si el auto no está aquí hoy mismo, lo reportaremos como robado.
– Fueron veinte años de servicio…
– Su actitud fue la causa de su renuncia.
Estaban por iniciarse las fiestas navideñas y el objetivo estaba fijado para la segunda semana del próximo mes, presentar en T. H. el resultado del ejercicio fiscal y la organización de la nueva reingeniería realizada, dejándola lista para la venta total de la Empresa. El punto principal para la creación del nuevo consocio era que se ofreció un jugoso contrato de trabajo al Lic. Alí Garcilazo para que ocupara el puesto de Director General. Se convocó una junta de ejecutivos, con el fin de nombrar a los nuevos mandos y al director del nuevo consorcio.
El representante Legal, tomó la palabra y se dirigió a todos los asistentes:
– Señores ejecutivos, estamos aquí reunidos para un fin muy importante importante y agradezco la voluntaria aceptación de su participación; conocido por la mayoría de ustedes me complace en presentarles al nuevo Director de este consorcio, el joven Lic. en Finanzas y Administración Fiscal, Alí Garcilazo Nader; Lic. Garcilazo sea bienvenido y por mi parte estoy a sus órdenes. (Se escucha un nutrido aplauso que duró varios minutos).
– Gracias, sean ustedes bienhallados en este país. Espero sinceramente que la cooperación que me proporcionaron durante el período de preparación de este sistema, ayudado por todos ustedes no varíe sino es para mejorarse. Solo les pido un favor, soy enemigo de los rumores y de los corrillos, si algo les parece fuera de orden, no lo comente en los pasillos o en el café, las puertas de mi oficina permanecerán abiertas y lo analizaremos personalmente, si alguien cree que puede llevar este barco mejor que mi equipo, con placer lo escucharemos y adelante, nunca como los cangrejos.
Después de la tormenta que ocasionó una empresa mal dirigida, llega la calma de una dirección asertiva y con una ruta clara y bien dirigida.
Jorge Enrique Rodríguez.
21 de agosto de 2015.