En este ensayo voy a intentar saber la diferencia de quien es un verdadero amigo, aunque ya en la Sagrada Biblia nos dicen que el verdadero amigo da la vida por su amigo, pero los humanos no somos perfectos, así es que haber que resulta en mi aventura. Como primer paso vamos a analizar el comportamiento de tres amigos, dicen que para muestra un botón basta. José, Raúl y Adán, tres compañeros de trabajo y amigos desde hace muchos años, están en el comedor del negocio donde trabajan los tres y también viven en la misma colonia, observemos que los tres son varones.

Tienen por costumbre comer juntos y a la hora indicada iban al comedor y haciendo fila seleccionando en los platos ya servidos que les ofrecían los encargados. Un día que comerían “oreja de elefante” (léase milanesa de res), crema de chícharos y arroz a la mexicana, salieron de la fila y buscaron una mesa aislada para comer a gusto, Adán fue por tortillas en el centro del comedor y Raúl trajo el agua fresca. Todos compartieron alegremente, intercambiaban bromas, hacían comentarios sanos y platican sus aventuras con la familia el fin de semana. Se antoja un ambiente de gran amistad, gran confianza y algarabía son como hermanos. Esta historia se repite día a día, no hay sombra de mentira ni falsedad.

Dos o tres semanas después, enviaron a Adán, a efectuar un arqueo de caja, a la sucursal de Puebla, y la terminaría hasta el día siguiente, se reunieron José y Raúl a comer, y ante la falta de Adán, José preguntó a su compañero si sabía a donde había ido Adán, la respuesta fue rápida y molesta:

– Lo mandaron a Puebla, no sé por qué precisamente a él, si es un pobre idiota sin imaginación, no tiene nada de iniciativa. José responde:

– Será porque tiene más méritos que nosotros. (Así se expresa José, de alguien que se le presenta como un gran amigo).

El martes de la siguiente semana, regresó Adán, coincidiendo con la salida de Raúl también a realizar otro arqueo en otra sucursal, debido a la renuncia del contador encargado. Haciendo los honores a un platillo de puntas de filete a la príncipe, (con salsa de vino tinto) comieron juntos José y Adán. A la pregunta de José sobre el resultado de su viaje, Adán comenta que encontró un faltante de $10,000.00 pesos y que trae el informe de la investigación y recae en Raúl en su visita anterior, no cabe duda, mis sospechas eran fundadas, Raúl es un rata, y antes no sé cómo fui su amigo, si ya sabía de sus trazas, es un hipócrita.

El viaje de Raúl se canceló, llegando la hora de la comida y nos alcanzó y escuchó las últimas frases de Adán, y éste al notar su presencia, se levanta de la silla y le dice:

– Hermano, ¿Cómo te fue? Bienvenido.

Cuando falta el otro amigo, es fácil adivinar el tema de conversación.

Por eso, prefiero la soledad: mis cuentos y mis poemas, son mis mejores amigos. Ellos nunca me traicionarán.

Jorge Enrique Rodríguez.

26 de noviembre de 2008.

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