¿Qué es un tamal? Una bola de masa, casi siempre de maíz molido en una mezcla homogénea relleno de carne y chiles o de frutas, cosido dentro de hojas de maíz alcanzando su cocción integra; generalmente se acompaña con atole de masa o frutas y por lo general se ofrecen en celebraciones y otras veces cuando no se quiere preparar desayuno o merienda en los hogares.
En la iglesia de María Auxiliadora del municipio de Aculco en el Estado de México; en todas las misas diarias y principalmente los domingos, se presentaba una humilde señora a vender tamales, siempre acompañada por su pequeño hijo Pedrito de cuatro años. Como madrugaba mucho para efectuar su vendimia; el niño casi siempre estaba cabeceando y caía dormido en la pequeña mesita que ofrecía para saborear los tamalitos. La señora le tenía dicho al niño que cuando le hablara, si estaba dormido gritaba:
– “¡A comer tamales, a comer tamales!”
Por tal motivo los niños del barrio le decía a Pedrito “El Tamal”, los niños suelen ser crueles, se burlaban mucho de él. A finales del mes de mayo, se realizaron las fiestas patronales, había una gran algarabía; fiesta en la plaza mayor, puestos de antojitos, artesanías, manualidades y sobre todo tejidos, que es la principal artesanías del pueblo. Se anunció la llegada del obispo Muciño; un gran orador y la iglesia se llenó desde muy temprano; la mamá de Pedrito también fue y busco un buen lugar con su pequeño hijo junto a ella, al poco tiempo Pedrito se quedó dormido.
La interesante plática del obispo, fue sobre los motivos que tuvo Cristo para venir a salvar a los seres humanos y lanzó esta pregunta:
– Hermanos míos, ¿Saben ustedes a qué vino Cristo a la tierra?
(En ese instante la mamá de Pedrito se percata que éste, está profundamente dormido, le metió tremendo pellizco y Pedrito grita:
– “¡A comer tamales, a comer tamales!”
El señor obispo sorprendido, molesto, aguantando la risa, impresionado, peló tremendos ojos y se quedó mudo.
Jorge Enrique Rodríguez.
6 de octubre 2012.