Había sido una noche bastante ruidosa, debido a que en el hotel en que me hospedaba, funciona un antro denominado “Cuernos Largos”, funcionaba en la planta baja del citado hotel, el hecho fue que hubo una grande bronca y se hizo enorme escándalo, golpes, botellazos, heridos y muchos se escondieron en el restaurant y la cocina. El gerente del local llamó a la policía, llegando cuatro patrullas en pickups y como 30 elementos, se llevaron a muchos chamacos y otros de más edad, esto duró hasta las 3 de la madrugada; los huéspedes desvelados por el escándalo.

En la madrugada, a punto de salir a efectuar un viaje de negocios, tenía listo un automóvil de renta, revisadas las llantas, gasolina, aceite, etc., todo en regla para partir. El primer tramo consta de una distancia aproximada de 450 kilómetros; con un tiempo calculado de 4 horas. En el tablero del auto el reloj marcaba las 04:45 horas y temperatura a la orden, partí encomendándome a mi Poder Superior.

Este tramo de la carretera es particularmente difícil, ya que se recorre una gran parte el desierto de Sonora, la temperatura ambiente es muy elevaba, me ha tocado hasta 52°C a la sombra, existen tramos de la misma hasta de 100 kilómetros en rectas que se sienten interminables, con el peligro adicional de que es una ruta comercial, industrial y agropecuaria y pasan camiones de 10 toneladas o más, a veces con remolque, a grandes velocidades y si no se toma la precaución de la ventanilla, el carro se sacude en forma muy alarmante y ha sucedido que se sufren volcaduras.

Existen también curvas muy peligrosas, una en particular, la curva de Santini, son casi 90°C, se llama así porque ahí se mató un corredor de autos de apellido Santini, y muy cerca de ese lugar vive la viuda del chofer Tommaso Santini. Total en general es una carretera en la que se debe de conducir con los cinco sentidos. El paisaje de esta carretera es seco, muy árido, poblado por víboras de cascabel; domina el panorama el Cerro del Hombre, que tal parece que es un ser humano recostado sobre la sierra de Sonora. En concreto es una carretera aburrida; pero peligrosa.

A las nueve de la mañana de ese mismo día, estaba en Navojoa Sonora, motor caliente de acuerdo al recorrido, gasolina consumida según; pero no recordaba que pasó en ese tiempo; muchas preguntas me hice, pero nada aún no recuerdo nada, me sentía muy angustiado.

Después de tomar el desayuno, me dispuse a realizar las visitas que tenía programadas para ese lugar, tenía el tiempo justo para ello. Las tres primeras visitas se realizaron sin ningún contratiempo; pero estaba muy nervioso y soportando el calor que ya era de 45°C y aumentando. El resto del día caí en una pesada depresión, del cual ya no me quedaron recuerdos de la ruta que había trazado.

Al día siguiente seguí haciendo las visitas que tenía programadas y al filo de las doce horas, cuando llegué a la oficina del último cliente de la ruta, solo alcancé a saludarlo y me desmayé previo mareo y calor insoportable, había ya 52°C a la sombra; al despertar me estaban atendió un paramédico de la planta donde estaba y me dieron suero oral un litro, el médico que me atendió recomendó descanso por lo menos 24 horas; ahí descansé dos horas y al filo de la 17 horas emprendí el regreso, solo que venía manejando muy despacio, entre 60 y 70 kilómetros por hora. Cumplido el consejo del doctor, llegué a Hermosillo cerca de las 9 de la noche, recuerden que comente que conduje el auto a muy poca velocidad, solo llegue a darme un baño bien caliente bajé a cenar y después, a dormir tranquilo, bueno muy cansado; al día siguiente preparé el viaje de regreso a la Ciudad de México, entregué resultados aparentemente ya descansado.

Esa ausencia de memoria me tuvo inquieto mucho tiempo, nadie me dio una razón lógica; consulte primero con un psicólogo amigo mío y sus versiones no se me hicieron lógica, posteriormente hice lo mismo con otro especialista que de plano lo menos fue decirme que era yo un esquizofrénico en potencia y con un sacerdote; nunca me dieron una respuesta lógica a ese fenómeno. Hasta la fecha 10 años después, no recuerdo nada de lo sucedido en ese tramo de 450 kilómetros con rectas interminables y curvas tan peligrosas, más de cuatro horas de tiempo de los que no tengo recuerdo alguno y aún sigo sin saber qué fue lo que pasó; pero nunca lo voy a olvidar.

Jorge Enrique Rodríguez.

23 de agosto de 2009.

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