Quiero escribir un cuento, pero por ahora no encuentro algún argumento que no se parezca en nada a lo que he hecho antes. En este momento estoy escuchando a “Vivaldi” tocando “Las Cuatro Estaciones”, en su primera parte La Primavera; se me está ocurriendo ¿Por qué no intentar una historia sobre dos hermanos gemelos que les encantó la música de Antonio Vivaldi y el argumento sería más o menos así:
Una agradable tarde primaveral, cuando las avecillas van y vienen, volando de lado a lado de la plaza principal, notándose mucho movimiento de gente vestida con elegancia, tal vez porque se esperaba la llegada del gobernador acompañado de un presidente de un país sudamericano, para celebrar un tratado de comercio entre el estado y el país mencionado. Además en el programa de celebración estaba anunciada la intervención artística de la Orquesta Sinfónica del Estado de México. La orquesta interpretará obras de Antonio Vivaldi, en las cuales domina la maestría de los violines. En el lado derecho de la entrada del recinto estaban cuatro alumnos de algún colegio del estado, quienes van a ser los acompañantes del hijo del presidente sudamericano, dos niñas morenas muy guapitas y dos niños gemelos idénticos, de tez apiñonada y cabello negro corto, lacio y muy bien peinados. Estos niños fueron seleccionados por sus magníficas calificaciones. En un momento determinado se escuchó una voz potente de magnífica dicción, dando una orden a los presentes:
– ¡ATENCIÓN! Saludar.
Todos los elementos que conforman la valla con precisión matemática levantan el brazo a la altura del corazón, haciendo un saludo deportivo, porque los elementos están desarmados. Al centro caminaban el C. Presidente Sudamericano y a su derecha el Señor Gobernador; a unos metros de distancia van el hijo del Mandatario visitante de nombre Ariel, a sus costados lo acompañan los gemelos, uno de cada lado, Marco y Antonio, haciendo pareja con una niña a su lado, sus nombres son Marga y Rita. Antes de entrar al recinto, los mandatarios intercambian sus discursos de bienvenida y agradecimiento, congratulándose el visitante por haber escogido un programa con su música favorita. El palco de honor fue ocupado por los dos mandatarios y sus acompañantes y secretarios, el palco de la derecha lo ocuparon Ariel y sus amiguitos, Marga, Rita, Marco, Antonio, dos guardias personales de Ariel y los profesores de los niños. Se inició el programa y empezó a desgranar las notas de la maravillosa composición “La Primavera” primera parte de “Las Cuatro Estaciones”, arrobados los gemelos por el contenido de la música, tanto así, se disfrutaba la música, que los niños seguido volteaban a mirarse con miradas muy significativas, sus ojos se veían plenos de luz y tal vez si tocáramos sus pulsos estos estaría alterados, emocionados vivamente. En el intermedio se acercó Marco a su hermano y le dijo solamente:
– ¿Qué dices hermano, lo intentamos?
– Sí, hablemos con nuestros padres.
¿Qué sentiría Antonio?, ¿Qué le dirá Marco a sus padres?, recordemos que los gemelos idénticos tienen el don de pensar semejante en determinadas situaciones. El programa siguió su curso, se escuchó la segunda parte, “El Verano”, en este momento los gemelos tenían la mirada como si estuvieran en otro mundo. Marco y Antonio volvieron a la realidad cuando escucharon un estruendoso aplauso marcando el final de la interpretación de la Orquesta Sinfónica. Esa noche, cuando los gemelos terminaron de cenar, se fueron a su estudio a terminar sus tarea, debido que por el concierto no les dio tiempo de terminar. Una vez terminadas sus deberes, Antonio inició el diálogo:
– Me parece fantástico el ambiente entre los músicos, me gustaría que estudiáramos para incluirnos en el mundo de la música.
– A mí también me parece lo mismo, pero que fuéramos famosos. No sé. Ser violinista solista.
– Me llama la atención ser director de orquesta.
– Platiquémoslo con nuestros papás, mañana estarán en casa.
Esa tarde y parte de la noche los jovencitos se la pasaron haciendo proyectos y escuchando música clásica, se deleitaron con la densa música de órgano de Bach, piezas de Antonio Vivaldi, Schubert y algunos otros.
– ¡Niños! Apaguen la luz, ya es muy tarde. (Dijo la mamá).
– Hasta mañana. (Dijo Marco).
– Dulces suelos hermano. (Contestó Antonio).
Se escuchan en el jardín risas y voces de alegría, salían del gimnasio, apagaron la luz y se dirigieron a sus habitaciones el Funcionario Sudamericano y su hijo Ariel.
En un hermoso jardín perfectamente cuidado, el pasto recién cortado y con una fila de rosales sembrados alrededor de todo el lugar, mostrando rosas de color rojo, blancas, color durazno, un rosal con ejemplares únicos de color Luto de Juárez, muy hermosas. En el ángulo norte del jardín, junto a la estancia de la casa, está sembrada una línea de ficus en semicírculo, en el que se colocó un antecomedor de hierro forjado, pintado en color blanco con cojines en dibujos de flores de variados colores. Tomando el desayuno están la familia Alba Ruíz, Jerónimo Alba, dueño de una fábrica de ropa, la Sra. Cristina Ruíz y los jovencitos Marco y Antonio Alba Ruíz, los gemelos.
– Papá deja de leer tu periódico, tenemos que hablar contigo, mi hermano y yo.
– Me asustas. (Sin dejar de leer).
– Jerónimo, (dice la señora con una amorosa pero fuerte presión).
– Está bien, ustedes ganan, ¿De qué se trata?
– Mira papá, mi hermano y yo ya hemos decidido estudiar música.
– ¿Qué cosa dices? Es una locura.
– Faltan dos meses para terminar la preparatoria y no te preocupes por los exámenes, tenemos exentado todo el resto del semestre final.
– ¿Tomaron en cuenta a su madre? ¿Verdad? ¿Qué ella no cuenta?
– Tiene razón Antonio, ya exentamos todo. A mi mamá ya le habíamos hablado de nuestras inquietudes, solo que no estaba decidido, lo hemos madurado en una plática que tuvimos anoche.
Hubo momentos de algarabía, risas, lágrimas de felicidad de la madre y presentimientos de ausencia, mientras Don Jerónimo decía:
– Bueno pero no se les hace muy poco tiempo para ver si hay vacantes en el curso, la solicitud, en fin no sé.
– No se preocupen, ya hablamos y si hay lugar dice Marco.
– Aquí está la solicitud solo para firmarla, (agrega Antonio), la maravilla del internet.
– ¿Cómo lo ve usted Don Jerónimo? (agrega Doña Cristina).
– Me rindo, me rindo, ¿Quién va a poder contra este ejército de amor? Mañana mismo empiezo a tramitar sus pasaportes, su mami que investigue sus futuras necesidades.
El resto del día los jóvenes se dieron a la tarea de seguir estudiando y preparando las guías de estudios, aunque ya sabemos que tienen la totalidad de sus materias exentas, es decir ya tenían ganada la aprobación. Más tarde, le dedicaron varias horas a buscar información sobre la Academia Europea de Música en la Ciudad de Florencia, Italia, historia, sus músicos, imágenes en general de la Academia. En la tarde noche después de tomar una merienda ligera a base de frutas y gramíneas, se dedicaron a escuchar música de Vivaldi, Schubert, Bach, el genio de trece años Mozart y algunos más.
– Apaguen su luz, ya es muy tarde. (Dijo Doña Cristina, habiendo tocado discretamente la puerta de la recámara).
– Hasta mañana. (Dijo Marco).
– Dulces sueños. (Respondió su hermano).
El día siguiente a las siete de la mañana, ya se oían risas y voces en el jardín, los acompañaba también Don Jerónimo, salía del gimnasio rumbo a la alberca. Salió volando uno en short por un lado, otro por otro lado y se apresuraron a empujarse al agua cuando escuchan un chapuzón y era su padre, enseguida lo siguieron los gemelos y fue una gran algarabía por el momento de sano esparcimiento.
– ¡A desayunar tritones! (Exclamó Doña Cristina acercándose amorosamente).
Esa misma tarde Don Jerónimo, le ordenó a la Licenciada López Cándido, que preparara lo necesario para la inscripción de los gemelos, hablar a la Academia Europea y ponerse de acuerdo de todos los requisitos que fueran necesarios, incluyendo fecha de llegada y boletos de avión. Llegó el día de la partida, en el aeropuerto estaban Doña Cristina, Don Jerónimo y la Licenciada López, encargándose de tramitar los pases de abordar y que el equipaje fuera correctamente manejado, los gemelos solo llevaban a la mano un pequeño portafolio con su computadora personal. El padre les da un fuerte abrazo y un beso en la mejilla a cada uno de los muchachos, Doña Cristina les bendijo y dio un beso en la frente a cada uno y dos gruesas lágrimas rodaron por las mejillas cuando vio perderse en el túnel de acceso al avión a sus dos hijos, rumbo a Florencia, Italia.
El viaje se desarrolló sin ningún inconveniente, como era su costumbre los niños reían, bromeaban, madurando sus planes. Leían una y otra vez los folletos que previamente les fueron enviados. Al arribar al aeropuerto ya los esperaban dos enviados vestidos propiamente con el uniforme de la academia; pantalón recto azul con líneas muy delgadas alternadas en blanco y rojo, saco azul del mismo tono que el pantalón, color liso sin líneas, fueron saludados en idioma italiano y posterior traducción del mismo.
– ¿Jóvenes Alva Ruíz de México?
– Sí, así es. (Responden simultáneamente).
– ¿Vienen por nosotros? (Pregunta Marco).
– ¿El equipaje? (Dice Antonio buscando con la vista).
– No se preocupen, ya está en manos del personal de la academia, lo encontrarán en sus habitaciones. Mi nombre es Vittorio Landetti Auxiliar de la Dirección y mi compañero Ángelo Rossi es su valet personal, quien los condujo a las habitaciones en que sería su estancia durante el tiempo que estudiarán en la academia.
Ese fin de semana transcurrió en compañía de Ángelo, quien les llevó de paseo por toda la academia, salones de clases, salas de conciertos informales, el auditorio, canchas deportivas, alberca y senderos de meditación, que son pequeños circuitos dentro del bosquecillo que se tomó como reserva ecológica dentro del plantel. Como era fin de semana no se estaban impartiendo clases, los jardines se encontraban muy concurridos, la alberca, aunque hacía mucho calor solo estaban cinco jóvenes disfrutando del agua. Ángelo hizo un comentario:
– Son muy poco afectos a nadar, no sé por qué sucederá así.
En el transcurso del paseo, Ángelo les presento con algunos compañeros latinos que estudiaban para pianistas, y a otros chicos europeos, en eso estaban, cuando fueron requeridos por el jefe de seguridad para entregarles su primera hoja de trabajo en la mañana siguiente.
De 05:30 a 07:55 hrs. desayuno y aseo a discreción.
1.- 08:00 hrs. Dirección Sr. Guido Valentti.
2.- 08:30 hrs. Antropología de la música.
3.- 10:00 hrs. Historia continental de instrumentos.
4.- 13:00 hrs. Descanso.
5.- 13:30 hrs. Comedor “A” 54 y 55.
6.- 14:30 hrs. Aseo personal.
7.- 15:00 hrs. Salón múltiple, tareas y prácticas.
8.- 18:00 hrs. Biblioteca y asesorías.
9.- 19:00 hrs. Comedor “A” 54 y 55.
10.- 20:00 hrs. Aseo personal.
11.- 21:00 hrs. Recogerse en su habitación cabaña “Mozart”.
D I R E C TO R
Guido Valentti.
El primer día de clases fue agotador para los gemelos, empezando con la entrevista con el Sr. Director Guido Valentti, quien les dio la bienvenida oficial a esa vetusta Academia Europea de la Música, hablándoles en estos términos:
– Sean bienvenidos a éste recinto del arte musical jóvenes Alba Ruíz, deseándoles una grata y provechosa estancia en nuestras aulas. Como primer paso para el inicio de sus clases, sus antecedentes académicos, a pesar de las magníficas notas que presentan serán valorados por medio de sus conocimientos, primero de cultura general, a su nivel, posteriormente sus capacidades de ejecución, que según me indican en su documentación que dominar el piano, el violín y la flauta dulce.
– ¿Es un examen de admisión? Pregunta Marco.
– No exactamente, admitidos están, solo valorar sus conocimientos para saber en qué grupos pueden seguir, solo una advertencia, no van a poder estar en el mismo grupo, por reglamento de la academia, los hermanos deben estar en grupos diferentes.
– ¿Hay excepciones? Pregunta Antonio.
– Ninguna. Los castigos son muy severos, hace más de cinco años que no se impone algún castigo, procuren no reabrir ese asunto. En diez minutos empieza su clase de antropología, en la cena les entregaran su portafolio y sus actividades correspondientes ya en sus grupos definitivos.
– Gracias Sr. Director. (Exclamaron los gemelos al unísono).
Los siguientes ocho minutos, mientras se encaminaban a sus salones respectivos, analizaban sus actividades; de 08:00 a 10:00 hrs. antropología, de 10:15 a 12:00 hrs. Mozart, motivo de su obra, de 13:15 a 14:00 hrs. piano, de 14:15 a 14:45 hrs. aseo y de 14:45 a 15:45 hrs. alimentos, minutos que les permitían estar juntos y desde luego en una recámara de dos camas.
El transcurso del tiempo, las actividades escolares y extra escolares, salidas a paseo, el tiempo que fueron de vacacionar a Francia, y el segundo año a España, era de maravilla; pero desde un principio hubo un grupito de niños Italianos que les hacían la vida de cuadritos, les boicoteaban sus ropas en la lavandería, los llegaron a lastimar físicamente. El colmo fue que una ocasión Marco Alba Ruíz, recurrió al profesor de dirección operística para pedirle una asesoría sobre un futuro trabajo en clase, el profesor aceptó gustoso y le ofreció que fuese ese día en su mesa de trabajo.
– Muy bien maestro el sábado a las cuatro de la tarde. (Enseguida le dice a su hermano por medio de su celular)
Marco preparó su material y el objeto de su consulta, dirigiéndose a la oficina del profesor llegando, toca el timbre, el profesor abre y lo recibe así:
– Mira que guapo te vez sin el uniforme, pásale (Marco se sonroja sintiendo cierta inquietud).
– Buenas tardes maestro, ¿Se puede pasar?
– Adelante, pásate muñeco ¿Gustas un refresco? Hace mucho calor.
– Sí gracias.
Desde el inicio del diálogo, el niño se sentía incómodo, no sabía que hacer o decir. Empezando por preguntarle el motivo de su consulta, insistiendo el maestro en que bebiera el refresco, al fin lo hace y toma como la mitad.
– Debes tomar en cuenta que el conjunto de observaciones hechas por una persona con suficiente conocimiento… (El niño parecía ya estar dormido, el maestro lo abraza y lo tiende en un sofá, bocabajo y empieza a despojarlo de sus ropas y semidesnudo pretende abrazarlo por la espalda). En ese instante se escucha que la puerta es abierta con un golpe fuerte y entra Antonio seguido del conserje y uno de los Directores de la Academia, quien toma una foto de la escena, el cuerpo del niño solo se le ven sus piernas, no más. Este profesor fue destituido, se le anuló el Honoris Causa que había logrado y además fue remitido a las autoridades, presentando como prueba la foto tomada y los testimonios de los que vieron el momento. Como este asunto no trascendió al alumnado en general, los jóvenes Alaba Ruíz, terminaron sus estudios en la Academia Europea de Música, y el concierto de su graduación, sería en la Plaza de San Pedro enfrente de la Catedral de Roma. Nada más, ni nada menos que serían: Director de Orquesta: Marco Alba Ruíz y Primes violín y solista: Antonio Alba Ruíz.
Cenaban en un lujoso Restaurante en compañía de sus padres, el director de la Academia Europea, algunos de sus maestros, lamentándose que no fuese la graduación en Florencia; pero de todos modos muy felices. Al servir los postres, se llevaron una gran sorpresa, se presentó el Sr. Adolph Snaider, el más respetado de los empresarios artísticos de Europa, y les ofreció un contrato por cinco años, el primero de los cuales era su compromiso de tomar especialización en sus áreas y el resto, cuatro años realizar una gira por todo el Orbe.
Los Gemelos no podían haber recibido mejor premio y obsequio, ya que ese día cumplían dieciocho años. Sus padres con lágrimas en los ojos los animaron para que aceptaran. Ambos jóvenes se dieron un abrazo y al unísono dijeron:
– Gracias hermano.
Jorge Enrique Rodríguez.
10 de octubre de 2011.