El día 9 de agosto de 2014 la luna llena lucía esplendorosamente bella, fecha en que se trasladó alrededor de la tierra por segunda vez en el año iluminando en su totalidad y luciendo en la bahía de Acapulco; en la ribera, las torres de los hoteles, terrazas de restaurantes con toda la gama de luces multicolores que se reflejan en el suave oleaje que semejaban una invasión de luciérnagas que con sus luces buscan el momento propicio para el amor.

En la terraza del salón en el que se desarrolla la conferencia anual de la empresa IMC Chemical Ltd., está una hermosa joven vestida elegantemente y peinada como una diosa griega, recargada en un pilar de mármol en cuyo capital se posaba un angelito cubriendo sus partes pudendas con tenue y simulado velo, una réplica de un cuadro de la Grecia antigua; solo opacada por dos gruesas lágrimas que rodaban por la tersura de la piel de su rostro, sin ocultar su radiante belleza.

Nuestra bella damita levantó su rostro dirigiendo sus ojos color almendra, sirviéndole de marco el cabello castaño claro mirando a la luna como suplicándole una respuesta ¿En dónde estás papá? Estaba tan dentro de su meditación que no se dio cuenta que alguien se acercó al lado izquierdo de la estatua del angelito, musitando muy cerca de ella.

– El llanto lava el alma, pero no hace olvidar.

Se escucha la voz de un apuesto joven de ojos color almendra, cabello ligeramente ondulado color castaño claro, ofreciéndole un fino pañuelo bordado con las iniciales “RR”.

Roberto se atrevió a enjugar las lágrimas que rodaban por sus mejillas, cosa que ella rechazó, tomando el pañuelo entre sus dedos. Al momento que se miraron a tan corta distancia, ambos se asombran al ver que sus ojos son de color idéntico, el impacto aumenta al notar que el color del cabello también es idéntico; la expresión de los jóvenes al unísono fue:

– ¡Qué coincidencia! (Esbozando una tierna sonrisa), él tímidamente pregunta:                   

– Puede este humilde servidor preguntar a tan bella damita, ¿Qué turba su corazón?

– ¡Esa frase!

– ¿Te desagradó?

– La mencionaba mi padre cuando hablaba con mi mamá o conmigo.

– Mira, igual que el mío, al hablar con mi mami, hasta que murió; precisamente el 9 de agosto del año 2002, luciendo la luna una imagen igual a la que contemplamos esta noche.

– ¿Qué estás diciendo? Mi papá murió esa misma fecha, solo que no lo supe hasta tres días después, estaba con mi tía.

– Son demasiadas coincidencias, ¿No te parece? A mí me mandó mi mamá a un colegio en Estados Unidos, ya nunca vi a mi padre.

– Desafortunadamente eso pasa con los matrimonios separados, si hay varios hijos, tal vez nunca se conocerán.

En ese momento se escucha por el altavoz llamando a los congresistas que ocuparan sus mesas de trabajo para reanudar las actividades de los representantes de las empresas participantes; los jóvenes se desean suerte y se citan para comer juntos. A pesar de estar en salones diferentes, pensaban uno en el otro; llamándoles la atención desde el color de sus ojos y el cabello; pero ¿La muerte de su padre?, los viajes solo para que ambos no vieran morir al sujeto ¿Por qué?

– ¡No le pregunté su nombre! (Se preguntaron simultáneamente) ¿Existe la telepatía?

Se desarrollaba la convención anual de la industria de alimentos para animales, aves, cerdos y ganado en pie; asistían representantes de Alemania, Brasil, Canadá, Estados Unidos, Argentina y Japón; también los acompañan ejecutivos de finanzas, de administración y sobre todo médicos veterinarios. Las actividades en las mesas de trabajo se prolongaron más de lo previsto, la hora de la comida se convirtió en un “taco-break” y de inmediato dio principio a la plenaria; uno a uno se fue informando de los resultados obtenidos, tanto en producción como en administración, resultados de los vendedores y su cobranza pendiente; informando de las puntuaciones obtenidas y entregando los premios ofrecidos.

Se dejó para el último punto el resultado del concurso internacional, el título fue “Control administrativo y mejoras continuas”, se analizaron 311 propuestas y en ese momento se iba a informar sobre el particular. El conductor en turno toma la palabra desde la mesa principal y se dirige al público presente.

– Agradecemos infinitamente a todas las delegaciones que nos acompañan en esta décima segunda convención anual de nuestro ya internacional grupo; el motivo central de este evento es mencionar el resultado del concurso anunciado el año pasado. Verdaderamente laborioso el encontrar a un vencedor; hay trabajos excelentes siendo muy difícil encontrar el trabajo que tuviera los requerimientos solicitados; sin embargo encontramos dos trabajos que se complementan uno con otro; no es copia, sino como si se tratara de un segundo tomo con el mismo tema; ambos son excelentes y los ganadores del doble primer premio son dos empleados de corporaciones diferentes y muy distantes una de la otra; nos complace mencionar los nombres de los ganadores:

– Rosa Rivas Loera de México y Roberto Rivas Loera de Terre Haute, Indiana USA; a quienes les suplicamos se presenten en este presidio, (Se desgrana un gran aplauso, poniéndose todos de pie).

Una vez que los jóvenes se situaron en el lugar solicitado, se miraron con sorpresa o duda tal vez interiormente se preguntaban ambos, ¿Quién eres? (Al tiempo que eran interrogados).

– Rosita, primero las damas, ¿Qué opinas de que tú y tu hermano, laborando en empresas tan diferentes y distantes, ganaran este premio?

– ¿Mi hermano? No sé si lo sea.

– A ver, a ver ¿Qué pasa?

– Dime Roberto, ¿Qué dices tú?

– No sé, tal vez lo mismo, tuve el placer de conocerla hace unas pocas horas y no le pregunte su nombre; lo cual lamento mucho.

– Es increíble, se parecen tanto, parecen gemelos, ¿Qué te parece Roberto?

– Maravilloso, ya tendremos tiempo suficiente para platicar sobre el caso.

– Estimados Rosita y Roberto, ya tendrán tiempo para su conversación porque además de sus diplomas y reconocimientos, se han hechos acreedores a una beca de dos años en Harvard University para que realicen una maestría en globalización de empresas de alimentos para animales; ¡Muchas felicidades!

Los jóvenes Rivas Loera, después de la cena de clausura permanecieron en la terraza del salón enfrascados en una conversación largamente esperada por ambos. Todos sus recuerdos, fechas, actitudes tanto del padre como de la madre; el detalle que consolidó el parentesco y no les quedó duda, fueron las actas de nacimiento que coincidieron en todos los datos; como culmen fue la medalla que cada uno lucía, la de ella estaba grabada con los nombres “Rosita y Roberto” y la de él decía “Roberto y Rosita”.

Cuando la luna empezaba a declinar su esplendor, los hermanos tomados de la mano y mirando hacia la hermosa Selene comentaron: “Nuestra luna, gracias papá”. Al día siguiente, ambos abordaban su vuelo a los Estados Unidos con destino a Harvard University.

Jorge Enrique Rodríguez.

26 de agosto de 2014.

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